7 de septiembre de 2007

Paris, la ville de l’amour

La primera vez que visité a Paris, hace ya dos años, no entendí el tópico de que en esta ciudad el amor está en todas partes. Para mi Paris seguía siendo una ciudad más, no más romántica que Madrid o Bruselas, con bellísimos monumentos pero algo vacía del sentimiento amoroso que prometían guías y documentales. Quizás (seguramente) esta decepción se debiera a que fue una visita con el colegio, a toda prisa, en grupo… y visitando lo típico tópico.

Hace un par de semanas, como sabéis, volví a Paris, y me sorprendió cómo puede cambiar una ciudad dependiendo de cómo se visite...

En primer lugar la visité con la persona que amo, y esto hizo que la viera con otros ojos, gracias a él por fin he comprendido la magia de Paris y porque se considera una destinación tan romántica.

Además, descubrí que Paris es excepcionalmente bella si paseas a través de los distintos barrios y tomas el tiempo de apreciarlos, ya sea desde un banco del Square Vert Galant o observando la torre Effeil tumbado en el suelo. Los matices de esta ciudad son infinitos, y desde los antiguos barrios bohemios hoy completamente turísticos, a barrios con alto mestizaje cultural, se pasa por un arco iris sin fin de posibilidades.

La primera vez que fui, el 80% del viaje fue en metro y por ello estos pequeños placeres me fueron negados, así que os aconsejo tomar el tiempo de andar de un lugar a otro: vuestros pies os maldecirán, pero lo que vuestros ojos y corazón descubrirán merecerá la pena.


Fotografía de Ignacio Navas, de la serie "La Vie"
www.inavas.net - http://www.flickr.com/photos/inavas/


También el tiempo cambió mi punto de vista. Paris es una ciudad de meteorología incierta, y en ella la lluvia esta presente un buen porcentaje del año. Mi primer viaje fue en marzo, y efectivamente, el paraguas se convirtió en un elemento imprescindible. En mi último viaje el tiempo fue maravilloso: no llovió, tampoco hizo excesivo calor… fue simplemente prefecto, y esto se agradece, especialmente si tienes intención de pasar todo el día al exterior.

Por ello, antes de visitar, aseguraros (aunque no sea muy fiable) que la época del año no sea excesivamente lluviosa.


Con todo esto termino mis primeros recuerdos de Paris aunque seguramente vuelva al tema, ya que esta ciudad me dejó muchas imágenes grabadas en mi memoria. De momento, me limito a hacer un top 5 de lo mejor y lo peor de Paris:


Lo mejor: Musée Orsay, Musée du Louvre, Tour effeil, Square Vert Galant, Musée Roding
Lo peor: Aglomeraciones, precio de la Coca Cola, Moulin Rouge, marketing en Montmartre, metro

4 de septiembre de 2007

Consejos para un viaje a Amsterdam

Bueno, aquí os dejo una serie de consejos si vais a visitar Amsterdam. Son pequeñas astucias que no suelen aparecer en otras páginas y que considero indispensables:


1- Espera hasta 2010 si quieres ir a ver los museos enteros, ya que los importantes(Rikjsmuseum y Stedlijk) están en transformación. Del primero estaba una pequeña proporción (lo mas importante) y del segundo una exposición temporal sin absolutamente nada de interés (a mi parecer)

2- No te fíes de los descuentos para jóvenes en los museos: a menudo la diferencia es de un par de euros e incluso los menores de 18 años tienen que pagar: verifica si no te sale mejor comprarte un pass.

3- La Iamsterdamcard puede ser útil especialmente si se decide ir a ver muchos museos, atracciones turísticas (vuelta en barco, visita de las iglesias) y viajar bastante con el transporte publico. Además, incluye un pequeño libro con todos los museos y demás lugares interesantes de Ámsterdam que puede servir como guía. Existe para 24, 48 y 72 horas, y probablemente solo es realmente rentable la última opción.

4- No obstante, si solo vas a museos es especialmente recomendable la tarjeta anual, que cuesta tan solo 17,5 euros para los jóvenes (35 para adultos) y que da acceso a casi todos los museos durante un año

5- No vayas a la oficina de turismo buscando un mapa gratis: valen unos 2 euros. Intenta conseguir uno antes de ir a la ciudad, puedes mirar online en City spy

6- Cuidado con el barrio rojo (si eres como yo un poco miedica): la calle principal esta bien de noche, interesante y muy turística pero las callejuelas de alrededor no tienen tanta luz ni gente y pueden ser peligrosas. Por cierto: es muy desaconsejable (eso he leído) hacer fotos a las prostitutas.

7- La vuelta en barco tradicional está bien, pero es muy cara (unos 10 euros por persona, sin descuento de estudiantes o solo un par de euros), y puestos a elegir, seria mejor alquilarse una bicicleta: las vistas son casi las mismas y por lo menos haces algo típicamente amsterdanés.

8- Coge un hostal/hotel en el centro: aunque parece una ciudad pequeña no lo es y el sistema de autobuses es bastante lento y caro ya que da muchas vueltas: es preferible cogerse un hostal/hotel más caro en el centro.

9- No te olvides de preguntar el tamaño de pizzas y kebabs (comida esencial que nos mantiene en vida a bajo precio). A veces la diferencia entre una grande y una pequeña puede ser enorme por poco precio (el tamaño… si importa). Para comer es preferible buscar grandes cadenas (subway hace sandwiches maravillosos, mcdonalds, burger king...) bastante baratas aunque no son muy tradicionales.

10- No te preocupes si lo tuyo no es el holandés: todo el mundo sabe inglés perfectamente. Y por último, aunque no por ello menos importante: ¡no te olvides del paraguas! es indispensable todo el año


Espero que os sean útiles. Buen viaje!

3 de septiembre de 2007

Amsterdam

Bueno, visto que tengo muchísimas ideas para este blog empezaré con aquella que ha hecho que exista: mi viaje por Ámsterdam, Bruselas, Brujas y Paris.

De momento voy a hacer una recopilación de impresiones de cada ciudad, procurando ser fiel a mis recuerdos e intentando trasportaros a los distintos lugares que he visitado.

Así pues, el primer lugar al que os llevo de viaje es Ámsterdam.

Lo primero que recuerdo de esta ciudad es su luz grisácea, etérea, vaporosa, causada por un cielo eternamente gris y que aporta una iluminación tenue a toda la ciudad. Es una luz bonita, aunque en las fotografías no se refleja demasiado bien, pero apaga los colores, que relucen con los escasos rayos de sol que consiguen filtrarse en los días de verano. Y es que, contrariamente a mi primer estereotipo, Ámsterdam no es una ciudad gris, sino que esta llena de colores, especialmente en los parques y jardines que adornan la ciudad.

También vuelve a mí la impresión de que lo más espectacular de esta ciudad es… la ciudad en si misma. “En Amsterdam el agua es la señora y la tierra el vasallo, a través de la ciudad hay tantos canales y puentes levadizos como pulseras en el brazo moreno de una mujer gitana.” Felix Marti-Ibañez.


Los canales son los que hacen que la ciudad tenga vida, son como venas por las que, incesantemente, fluye energía, y que ofrecen paseos maravillosos a sus orillas a todo aquel que se dedique a vagar sin rumbo fijo. Están bordados por casas y antiguos almacenes de ladrillos con grandes ventanas y bellísimos parques interiores, como pequeñas perlas escondidas esperando a ser descubiertas.

La gente de Ámsterdam suele ser agradable, aunque mantienen la “distancia prudencial” que caracteriza a los habitantes del norte y que no debe confundirse con frialdad. Otro aspecto muy interesante de sus habitantes es la libertad y tolerancia: en Ámsterdam todo el mundo puede ser tal como es sin ser juzgado, y esto es un punto increíblemente positivo.

Por otro lado, nunca, mires donde mires, puedes dejar de ver al menos una bicicleta, especie de prótesis inseparable de todo habitante de la ciudad durante sus desplazamientos. Para ellas existe un enorme parking cercano a la estación central, en el que cualquiera se perdería, y donde se comprende la amplitud del fenómeno: en Ámsterdam hay unas 700,000 ciclistas (y 750,000 habitantes...)

Espero que os haya gustado la entrada, pronto iré publicando las demás y dejando algunos consejos útiles por si decidís ir a esta maravillosa ciudad.

2 de septiembre de 2007

Introducción

Después de varias semanas dándole vueltas al tema he decidido abrir un nuevo blog de viaje en el que poder poner información diversa sobre viajes que pueda ser útil: diarios de viaje, consejos, fotografías, paginas interesantes…

Título

El título, como ya habréis visto es Saira. Lo he adoptado tras una larga reflexión (nunca pensé que elegir un nombre pudiera costar tanto) y debo una pequeña explicación del porqué de su elección.

Saira proviene del árabe (lengua que me fascina desde hace tiempo) y significa “la que viaja”, y además es una variante en hebreo de Sarah, mi nombre, por lo que consideré que se trataba de un nombre lleno de significado.

Propósitos

Mi intención es crear un espacio dedicado al viaje, dirigido especialmente a aquellos que consideren viajar algo más que simple turismo y que disfruten descubriendo y viviendo nuevas culturas, nuevos lugares, nuevas experiencias…

Por ello, no quiero que se trate simplemente de un blog mío, sino que, libremente, todo el que quiera me vaya mandando relatos, consejos, comentarios, fotos para ir publicándolos en el blog y, por qué no, añadirles como redactores si sus aportaciones son habituales.

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